Tienes en tus manos, un breve ensayo que como su título lo indica, pretende analizar el fenómeno de la Revolución Cubana con otra mirada es decir dejando de lado, los clásicos estereotipos, con los que se ha pretendido encuadrar su estudio y como la realidad es más rica, amplia y sobre todo más dinámica y vital que los estrechos márgenes, en que encasillamos los fenómenos sociales, éstos terminan por desbordar a aquéllos, desfigurar la realidad y opacar su comprensión.No pretendemos haber hallado la “piedra filosofal” de los fenómenos humanos, pero si hemos hecho el esfuerzo por comprender aquéllos, con libertad intelectual, sin ataduras ideologizantes, partiendo de la base de que los hombres y mujeres que han intervenido en esta epopeya no son ni demonios ni santos, son seres humanos, que han abrazados ideales, por los que han estado dispuestos a entregar sus vidas, su libertad y su bienestar.La Revolución Cubana y sus heroicos personajes, no arrancan desde Sierra Maestra, sino que sus inicios hay que buscarlos, mucho más atrás, desde cuando un grupo de patriotas inicia lo que más tarde se llamó la Guerra de los diez años, cuyo objetivo era lograr la independencia de Cuba de la metrópolis española, este singular esfuerzo fracasó ante la superioridad de un ejército formal, mientras que del lado de los patriotas sólo había coraje y ansias de libertad. Pero ya aquí, flameaban las banderas que abrían de acompañar todo el proceso, con el contenido de libertad, democracia e igualdad que le insuflaron los grandes intelectuales de la isla. Esta gesta habrá de repetirse en la guerra de 1895, con toda la grandeza que le supo imprimir su héroe máximo, don José Martí. Este espíritu antiimperialista, de raigambre social, popular y patriota, habrá de dar contenido a todas las luchas que sobrevendrán, sea cual fuere el líder que encabezó cada una de aquéllas, imprimiendo en el heroico pueblo cubano honrosas virtudes que le permitieron soportar duras luchas contra la prepotencia yanqui, la férrea dictadura de Fulgencio Batista, el duro e inhumano bloqueo impuesto por la mayor potencia del orbe para doblegar su altivez soberana. Esta situación obligó a buscar auxilio de la URSS, como única alternativa de supervivencia. La declaración de Fidel Castro proclamando a la Revolución como socialista, cambió por necesidad el rumbo de aquélla. Pero todavía faltaban duras pruebas que soportar, cuando en 1991, se derrumba el mundo soviético y los EE.UU. como única potencia global endureció el embargo a límites alucinantes.Finalmente, ante la resistencia heroica del pueblo cubano, la condena de todos los países del mundo en las Asambleas de la ONU y nuevos gobiernos en EUA como el de Barak Obama, la intervención de la Iglesia Católica, las visitas papales, fueron logrando que aquello que parecía inconmovible se moviera y una nueva era de paz, desarrollo y de relaciones con los EE.UU. y el mundo fuera posible. La enfermedad y la vejez doblegaron al viejo líder Fidel, quien delegó el mando en su fiel hermano Raúl. Este imprimió un nuevo rumbo, con una impronta propia, que pareciera seguir los pasos de China y Vietnam. La reciente visita de Obama, en un ambiente de gran cordialidad y la promesa del levantamiento del ominoso embargo, permite avisorar una nueva era de la Revolución Cubana, Martiana por convicción y marxista por necesidad.
