Condensando la sabiduría de fuentes esotéricas, espirituales, filosóficas y científicas, la autora nos muestra el camino hacia una existencia plena. Nos invita a cambiar el paradigma: “dejar de ser espectadores para convertirnos en creadores de nuestra realidad”. Nos recuerda lo que nunca debimos olvidar: que lograr la felicidad depende de nosotros, porque cada segundo es una oportunidad de concentrar la atención en la realidad que queremos crear. Porque creo, creo, no sólo nos enseña como utilizar las leyes del universo a nuestro favor para recobrar la paz y la felicidad, sino que nos permite reencontrarnos con nuestra esencia divina, haciendo resurgir la perfección de Cristo en cada momento de la vida. Para convertirnos en co-creadores primero debemos conocernos y descubrir cuales son las programaciones que nos impiden realizarnos. Aceptando el enorme poder de nuestra esencia y su influencia en el mundo que nos rodea, recobramos la llave maestra que nos permite abrir todas las puertas.