En un pequeño pueblo, una muchacha de origen extranjero es asesinada; su cadáver aparece cubierto de símbolos extraños marcados a fuego. Sus padres, desesperados, no consiguen ayuda y un sistema policial corrupto se desentiende rápidamente del hecho.
A partir de esos sucesos, el detective Rosco, de modales rústicos y un pasado oscuro, se sumerge en una carrera desenfrenada por desenmascarar a los culpables. Acompañado por personajes de muy variada especie, va descubriendo que el hecho no es un simple homicidio y deberá decidir si entregar la vida por la muchacha asesinada es un riesgo que vale la pena correr en la búsqueda de justicia.
La novela es un policial negro con matices irónicos y un lenguaje directo, que muestra su carta de presentación desde el prólogo.