Una impactante historia real, como la de tantas víctimas de contiendas bélicas.
La singularidad extrema de este caso radica en las espeluznantes circunstancias que le dieron inicio y la indomable tenacidad con que la protagonista logra darle vida a la muerte.
Ávida siempre de saber, de saber hacer, de hacer saber y también de hacer, ella transita por su existencia cultivando al mismo tiempo el perfeccionismo y la practicidad.
Sin desmedro nunca de la sensibilidad social, la cultura, la dignidad y, antes que nada, los afectos, tanto los de familia como los nacidos por vía de la amistad.