Pocas reivindicaciones gozan en nuestro país de un consenso tan amplio como el de la soberanía Argentina en el  Atlántico Sur.  A partir de esa constatación el sistema de poder dominante, dócil a los intereses de las grandes potencias (EE.UU y Gran Bretaña en primer lugar),  se vio en la necesidad de desplegar un sutil dispositivo de distorsión sobre el significado de lo acontecido en 1982 con la finalidad de restablecer el statu quo semicolonial del país, conmovido por los acontecimientos.  Los Veteranos de Guerra acuñaron el vocablo ‘desmalvinización’ para describir ese fenómeno funesto, de consecuencias trágicas en su propia identidad minusvalorada. La posguerra operó como escenario de disputa entre las dos grandes narrativas predominantes sobre Malvinas. De un lado quienes la definían como una ‘locura insensata’ y propiciaban una rápida ‘reconciliación’ con el usurpador, del otro los que reivindicaban su contenido antiimperialista objetivo y rechazaban la política de silencio y olvido. A juicio del ex combatiente Fernando Cangiano dichos desacuerdos son manifestaciones de un debate más profundo de alcance histórico, cuyos orígenes se remontan al propio nacimiento de la Argentina como nación formalmente independiente.  El autor desmonta los mitos que sirvieron como ejes en la construcción del relato desmalvinizador,  enlazándolos con los imperativos de la ofensiva neoliberal de la época, que imponía la necesidad de disolver el concepto de ‘soberanía nacional’ en aras de una ficticia ‘globalización’, eufemismo que ocultaba la voracidad del gran capital internacional sobre la periferia. Además, Cangiano ofrece su testimonio personal de la experiencia  que le tocó vivir en las islas entre abril y junio de 1982 como soldado de una unidad militar del Ejército que entró en combate directo con el enemigo británico.