Nuestra institución
Somos una empresa social de ayuda recíproca, basada en los principios de la socio economía solidaria. Una alianza estratégica de personas que compartimos un mismo objetivo: construir equidad de género, mediante una asociación voluntaria y la prestación de servicios que satisfagan nuestras necesidades como asociados/das. Nuestro núcleo aglutinante está conformado por profesionales, técnicos y voluntarios en la prevención, asistencia, capacitación e investigación de la violencia familiar.
El “grupo buenos ayres” nace en el año 1998 (obteniendo la Matrícula del INAES en el año 2.000) y, según nos transmite nuestra Presidenta y socia fundadora Lic. María Eva Sanz, surge como una necesidad de transitar la crisis social de esa época y colaborar en la construcción de un espacio que nos contenga a profesionales, técnicos, y voluntarios en la Prevención, Asistencia, Capacitación e Investigación de la Violencia Familia. La Mutual como empresa social de ayuda recíproca, nos permite desarrollar en la Comunidad proyectos propios, y/ o de terceros. De esta forma, la serie “Economía Social y equidad de género” surge de una demanda concreta de nuestros asociados y asociadas en relación a sistematizar nuestras propias prácticas.
Nuestros proyectos y servicios son una transferencia de conocimientos a la Comunidad, para que sus integrantes puedan reflexionar sobre el cómo trabajar para mitigar la violencia en la familia, aportando resoluciones no violentas a los conflictos cotidianos, teniendo en cuenta el abuso de poder, lugar donde centramos la mirada. Nuestras acciones tienden a satisfacer, en una práctica en común, las propias necesidades emergentes de la realidad actual de nuestros asociados y asociadas.
En enero de 2018, conformamos la “Red Argentina por Buenas Masculinidades”, que integra a asociados y asociadas de nuestra entidad mutual, a nivel nacional, para la Prevención, Asistencia, Capacitación e Investigación de la violencia masculina. 
Quienes integramos nuestra Entidad Mutual reconocemos el concepto de la cultura de la solidaridad fraterna, la cultura del trabajo y la justa retribución económica por el tiempo y recurso humano, intelectual y económico invertidos en cada emprendimiento, y fundamentalmente el respeto y el reconocimiento al aporte de Capital Intelectual, que es el resultado de la inversión en capacitación, formación, y acumulación de experiencia adquirida de la propia práctica.