En el libro “Plenitud” Rolando Paciente cumple con esta premisa: la belleza fluye a través de sus versos, en los que evoca su infancia pampeana, los paisajes atesorados a lo largo de la vida, los momentos más intensos que ha vivido, su pasión por las palabras y los libros, el cultivo de la poesía, el amor que lo atraviesa y también, el paso del tiempo, los interrogantes acera de la vida y de la muerte, la celebración de la vida, de la noche, resumidora de sueños, de la naturaleza, eterna maravilla, y de su propia capacidad creadora que lo revelan como un ser sensible, elocuente, reflexivo, y gran traductor de Almas.
El poeta, que también es artista plástico, escribe tanto poemas muy pictóricos, como los que dedica al crepúsculo, al amanecer, como otros, profundamente filosóficos, en los que ahonda en el sentido de la vida, el paso del tiempo, y la creación poética.
Colores, sonidos cadenciosos, aromas de los tiempos vividos, aparecen en sus versos combinando metáforas, imágenes, enumeraciones, paralelismos en los que nada sobra y nada falta.
La esencia de su estilo es la sobriedad de la expresión, la riqueza del lenguaje, la variedad de medidas y la amplia gama de emociones, que como pintor de palabras, el poeta despliega en la paleta de su talento expresivo.
Prof. María del Carmen Mendoza