Las preguntas comienzan en la infancia y, detrás de ellas, siempre hay un ansia de conocimiento. Algunas resultan satisfechas. Muchas las olvidamos porque nuestros intereses van cambiando. Otras permanecen para siempre. ¿Obsesiones? No. Más bien aspiraciones que buscamos lograr. Agustín desde pequeño, debido a circunstancias que impactaron en su vida, sin saberlo, aspiraba a conocer el sentido de la vida. Y se lo preguntaba, navegando en la ignorancia, haciendo agua.
Con el tiempo la pregunta se modificaba, pero el trasfondo se mantenía. Iba en la mochila cuando viajaba; le inspiraba letras a canciones que componía. Repercutía en vivencias fallidas. Más de una vez la respuesta parecía asomar mediante experiencias trascendentales para ese joven que acometía la vida, enderezando el timón, leyendo las estrellas, escribiendo su bitácora.
En “De Marinero a Capitán” Agustín Portnoy nos cuenta cómo hizo del Espíritu su mejor compañero de ruta en el vastísimo océano del auto conocimiento. Pueden ser largas y tormentosas nuestras noches, pero siempre amanece. Este primer libro de Agustín Portnoy lo confirma.