Nací en Concepción del Uruguay (Entre Ríos) en un mes donde reina lo sensible muchas flores y colores… 21 de diciembre y recibí espigada de lágrimas y luz un nombre: Graciela. De navegar el mar de padre se hizo tierra, marino hoy sin mar, que junto a mi madre descansan en paz, allí en mi ciudad… he aprendido a través de la poesía, que el mismo deseo se arrodilla y otra… la sonrisa desmesurable de creer que mañana es un nuevo día, que puedo escuchar el rumor del mar y ver brotar a la selva, que la ternura me turba y que alguna vez he conocido el fervor constante. Siempre recorro senderos con el alma en la piel, y de esto se trata este libro…