Lilian Noemí Lucía Serrano, nació en General Villegas en 1955. Residió en Emilio V. Bunge, provincia. Buenos Aires, hasta 1976. Desde pequeña incursionó en el mundo de las letras y la música. Obtuvo el título de Profesora de Castellano, Literatura y Latín en la Escuela Normal Nacional Superior “Abraham Lincoln” (1976), y el de Profesora en Piano, Teoría y Solfeo, en el Conservatorio “Chopin” (1973). Siendo muy joven comenzó a desempeñarse como Profesora de las cátedras de Lengua y Literatura, y paralelamente, en el cargo de Directora en instituciones educativas del Nivel Medio o Secundario (incluso en el Nivel Primario, por breve período). El 31 de agosto de 2010 se retiró de la docencia para acogerse a los beneficios de la jubilación, cumpliendo treinta y cuatro años ininterrumpidos de antigüedad. Su sólida formación fue acompañada por cursos, cursillos y jornadas de capacitación sobre temas vinculados con: Educación, Lengua, Lingüística y Comunicación. Condujo jornadas de Comprensión lectora destinadas a docentes de Nivel Primario. En su bienaventurado trayecto profesional logró distinciones como: Primer Premio del Certamen Poético:”Reencuentro”, organizado en la ciudad de Gral. Villegas en 1991. Supo desempeñarse como jurado en el Concurso de “Prosa y Poesía”, organizado por la Escuela Nº13 “Fragata Sarmiento” (Piedritas) y en Santa Eleodora provincia Buenos Aires, oportunidad en que se seleccionara la letra de un himno alusivo a dicha comunidad. Con el empeño de resguardar el uso correcto de la palabra escrita y oral, participó como columnista en un Programa radial (FM), “Entre el cielo y la tierra” de la localidad donde vive desde hace más de 30 años, tratando de explicar en un lenguaje coloquial, el mensaje de distintos escritores, a fin de que pudiesen ser conocidos por la mayor parte de la audiencia. Compuso poemas y colaboró en la coordinación, redacción y compaginación de un libro (Proyecto curricular): ”Dichos y Hechos”(recopilación de anécdotas autóctonas) , con considerable difusión local. “Secretos de acuarelas”, su primera obra editada, despliega un profundo sentido estético y permite desarrollar su condición natural de comunicar poéticamente la propia mirada, con un matiz social particular, sugestivo, enmarañada tras un caleidoscopio de emociones encontradas. Para la escritora, la literatura fue y es un tierno refugio en el que siempre encontró la paz y serenidad ante la desazón y la incertidumbre del mundo. Sostiene además, que la palabra es ideal señuelo para revelar los secretos del alma.