Priscilla Ferrari nació con los pies en Neuquén y los ojos en el otro mundo. Con un fuerte interés en la vida tras la muerte, muy temprano comenzó a recorrer un camino espiritual heterogéneo, abriéndose paso entre los espíritus y rompiendo la barrera de miedo y prejuicios que separa una realidad de la otra.Lentamente esas experiencias fueron traspasando su ser hasta llegar a la base de la expresión de su vida: la escritura. Combinando su amor por la fantasía con su consciencia del más allá, comenzó a crear una narrativa tradicional pero propia; una que lleva no solamente a viajar por un mágico mundo externo, sino también por aquel que late dentro de cada uno.