Etimológicamente, eco significa casa. Las persona humana necesita, además de un hábitat o casa física adecuada para vivir (el planeta), un ámbito ecológico espiritual donde pueda ser concebido, nacer, crecer, envejecer y morir con el trato digno de un ser humano: la valoración o amor incondicional. Ese hábitat ecológico espiritual es la familia.La ecología humana es el cuidado de la familia. En este libro, su autor, conferencista internacional en la temática, plantea acciones concretas de ecología humana en políticas de estado, en políticas empresarias y en las mismas familias de los ciudadanos.Científicos de las principales universidades del mundo corroboran en sus investigaciones, que la ecología humana resulta clave para la solución real de los problemas globales de crecimiento en delincuencia, violencia, adicciones, apatía y suicidio de jóvenes en la sociedad contemporánea. La ecología humana es en consecuencia fundamental, para la felicidad y la salud personal y social que mujeres y hombres buscan y no encuentran en la cultura del mero bienestar. La alternativa posible es forjar una cultura personalista basada en la perspectiva de la familia. Este es el gran desafío del siglo XXI.