Este texto define al hombre en tanto sujeto bueno (Bien) y plural (Nosotros) y propone una axiología radical que rompe con la tradición ontológica. Se advierte el interés por dar un espacio intercultural Oriente-Occidente. Tal vez sea de gran interés los textos adjuntos de “la inteligencia ética” y “la ética y el inconsciente”. Hay en esta obra un cambio de rumbo en el modo de hacer lugar a la realidad del hombre y de las cosas. Su lectura puede deparar una grata sorpresa en medio de los circularidad de los discursos.