Todos los seres humanos crecemos involuntariamente en lo físico, esto lo controla nuestro cerebro de manera automática. La hormona de crecimiento es una proteína producida por la glándula hipófisis situada en la cara anterior del cerebro. Circula en el torrente sanguíneo y tiene efectos en todo el organismo. En ocasiones es llamada somatotrofina. La hormona de crecimiento es producida a lo largo de toda la vida de una persona. Como su nombre lo indica, es necesaria para que el niño alcance la talla adulta normal, pero también es importante para la regulación del metabolismo, tanto en niños como en personas adultas. Es interesante saber que casi nunca los seres humanos crecen espiritualmente en la medida que crece el organismo. De esta manera se pierde beneficios maravillosos que están presentados en este material. Es por ello el presente libro que nos ayudará a descubrir la dimensión espiritual de nuestra mente, el cómo crecer a la par y aún más de lo que crece nuestra vida misma. Así como la glándula pituitaria es la del control maestro en nuestro cuerpo, en el lenguaje figurado se puede decir que en cada espíritu nuestro hay una glándula pituitaria que quiere desarrollar al máximo nuestro potencial, comenzando con la llave que está en nuestra mente.