Indagar sobre sucesos ocurridos hace más de 150 años es complicado para el investigador, porque la única fuente disponible, al no existir en esos momentos las ventajas tecnológicas de la actualidad, se remite exclusivamente a documentos, libros, periódicos y, en épocas muy antiguas, grabados en piedra, arcilla, etc.Cotejar este material y arribar a conclusiones, no es una tarea sencilla, que se complica aún más si pretendemos conocer las motivaciones personales de los personajes involucrados.Todo nos ha sido transmitido oralmente o a través de textos e imágenes. Nuestro criterio selectivo está impregnado del conocimiento adquirido y nuestra intención de adicionar una cuota de objetividad, algo prácticamente imposible de alcanzar sino en una mínima expresión, limita nuestro objetivo.A lo dicho, debemos agregar el hecho de que un documento perdido entre otros miles, puede modificar sustancialmente el enfoque sostenido a través del tiempo acerca de un episodio. Además, no debemos perder de vista una circunstancia particular ¿hasta dónde lo escrito en otros tiempos tiene cualidad de fehaciente?.En este relato sobre lo ocurrido el 5 de febrero de 1824, en los Castillos de la Fortaleza del Callao (Perú), recurrimos al excelente trabajo de Bartolomé Mitre El sorteo de Matucana y a la documentación existente en diversos archivos como el Museo Mitre, Biblioteca del Ejército, Archivo General de la Nación, libros y periódicos.A partir del material consultado me permití interpretar lo sucedido y los posibles diálogos.¿Por qué elegí la teatralización? Porque me pareció la manera más directa de comunicar lo ocurrido a personas no especializadas en la materia tratada, para ponerlas al tanto de uno de los más vergonzosos episodios de aquellos años.La traición es un delito penado por la ley cuando afecta a la patria y es execrado por la sociedad porque viola un principio moral, afectando las relaciones personales o institucionales.En este episodio está claramente expresada la repudiable actitud de personajes dignos de ocupar un lugar junto a Judas, Bruto y Casio.Agustín F. García Puga