La historia del hombre en la función pública está rebasada de episodios donde los pueblos han resultado víctimas de estafas, burlas y mentiras por quienes ocupan el poder en beneficio propio y de familiares y amigos.Este tipo de corrupción supone un escenario mundial con actores que utilizan sus puestos e influencias para saquear a sus conciudadanos y cubrirlo bajo un manto de legalidad que llega a niveles increíbles en audacia, creatividad e hipocresía. ¿Cuál es el pensamiento de quienes acceden a tales espacios y los hace actuar de tal modo? ¿Qué los lleva a apoderarse del dinero y las ilusiones del pueblo en una forma tan delictiva que no reconoce límites?Horacio Vero, en una novedosa propuesta literaria, utiliza la poesía –su inseparable compañera– para abordar con crudeza, pesar e ironía, diversas situaciones que exhalan el inconfundible aroma de la corrupción.Pero, a la par, la obra abriga la esperanza de un futuro distinto, gracias a quienes tienen otro concepto de lo que significan la actividad política, la función pública, la vocación de servicio, la militancia y la moral republicana, y que están ahí, alistados y de pie, dispuestos a resistir. Y sueñan. Y luchan. Y cantan.