En este libro, los señores Manolo y Orgaz nos cuentan una parte de aquél pensamiento común ya rumiado y filosofado desde la antigüedad y del que han sido capaces de asimilar para exponerla en este epistolario tan particular y sin desperdicio. Sapere aude: “Ten el valor de usar tu propia razón”. Con esta premisa kantiana, nuestro escribiente dueto ha construido una barca donde llevar las suyas. Por itinerarios comunes y también insólitos, ella va dejando su testimonio al navegar, con relatos libres de ataduras y tal vez carente de destinos ciertos, pero siempre con la reserva y la lealtad de no hablar por hablar sino después de haberlo seriamente pensado. Porque es un viaje importante, tan importante que hasta a veces se valen del humor y de la falta de respeto. Experiencia de vida dirán algunos, tal vez otros lo adjetiven más apropiadamente. El caso es que desde la primera página, la barca (luego arca) avanza utilizando la propia razón hacia un puerto que quizás sea tan cercano como un espejo situado frente a cada uno de ellos devolviéndoles sus propias imágenes. O quizás usted pueda ver la suya. Lector, atrévase a interpretar a estos señores utilizando su propia razón. Verá que también navega en una barca parecida, con otras características y otros destinos, pero llevando a bordo algo en común, ni más ni menos que el placer de navegar. Mientras usted lea este libro, otórguese sosegadamente esa franca fruición que todo lector merece: Viajar. Hasta un destino común o inesperado, cercano o lejano. O tal vez hasta uno mismo.