Ya lo dijo Sócrates: “Conócete a ti mismo”. Y Marcelo Javier Silva sigue ese mandato con gran valentía, transformando en palabra artística todo lo que toca: el amor y el desencuentro, la oscuridad y la luz, las contradicciones que abren senderos para la exploración. Hasta que ocurre algo: ese material tan personal, al ser revelado en su riqueza, ya habla por todos. ¿Una muestra? “Mi barrio es mi universo / Es mi reino, el cielo y el infierno / Seres sencillos con vidas extraordinarias / Viviendo cada uno su historia de fábula / Este fin de semana estamos de fiesta / El mecánico de la vuelta se casa con mi primera novia”… Como si, palabra más o menos, esta obra fuera la construcción coral de un mundo que también pide conocerse.