Tu esencia es ser escritora de la vida. Tu capacidad, percibir el paisaje.
Amás el pasado y todo aquello que te llegó al alma y allí se quedó cuando eras una nena, una adolescente, una mujer.
Pudiste entender que no todos los seres humanos se van a mostrar íntegramente. Y sos vos la que entrás en lo más profundo de ellos para decirnos cómo son, cómo fueron... sobre todo cómo fueron cuando tuvieron que enfrentar lo más duro de la vida.
Te sale del alma contar historias, la tuya, las de tus seres queridos, las de aquellos que rondaron tu vida cuando apenas sabías que estaba viviendo lo que un día ibas a contar.
Sos “la voz de los que no tienen voz”: porque la perdieron, porque ya no están, porque no los dejaron hablar.Aprendiste (¿cómo? no sé) a contar el sufrimiento de las personas.
Tenés la sensibilidad a flor de piel y tus historias son así, como sos vos.
El ser poeta además de narradora te da una doble posibilidad de “mostrar” el alma de las personas.
Y hoy es Sofía la que ha vuelto a nacer en tus palabras.
Cristina de la Plaza