En la tarde-noche del domingo 8 de diciembre de 2013, una insurrección policial dejó a Concordia, la segunda ciudad en importancia de Entre Ríos, sin seguridad ciudadana. Fue luego de que un grupo de policías, acompañados por familiares, ingresara por la fuerza y tomara el control de la Jefatura Departamental, con el argumento de un reclamo salarial.
Antes y después, una ola de rumores alentó el desconcierto y la psicosis en la sociedad concordiense, que se vio indefensa y presa de la irracionalidad.
Casi en paralelo al estallido de la insurrección, grupos organizados desataron saqueos en distintos puntos de la ciudad, a los que se plegaron vecinos alentados por las circunstancias: sin policía no hay control, sin control no hay sanción, sin sanción no hay justicia.
La reacción a estos hechos virulentos fue más violencia: para proteger sus comercios y hogares de agresores reales o cticios, otros vecinos organizaron barricadas y cortes de calle, donde se vieron armas de todo calibre y una extrema temeridad. Fueron horas de todos contra todos; fue el hombre, lobo del hombre. Tres muertes jóvenes tiñieron de sangre esas jornadas.
Hasta que una negociación forzada por las circunstancias destrabó el conicto en la noche del 9 de diciembre, Concordia fue tierra de nadie. Sobre las cenizas de aquel incendio, comenzó la Justicia, dentro de sus parámetros, a buscar verdad.
Este libro reconstruye a través de documentos y testimonios directos aquellos días, como un aporte para entender cómo y por qué pasó lo que pasó.