El autor de esta obra, si bien hace una severa crítica de aquellas cuestiones que no le apetecen por la manera que el hombre la desarrolla en la naturaleza, sin embargo, como inventor, trata de arribar a la mejor solución para lograr lo que él considera un mundo mejor. A través de varios capítulos va abordando distintos temas inspirados en su experiencia personal. La mayor parte del texto lo dedique a la seguridad ciudadana, porque, entre otros aspectos, asegura que la policía sólo nos vigila diez minutos por día e intenta dar la receta para que seamos cuidados las 24 horas. Por lo tanto ha de ser el libro de consulta ideal para aprender a protegernos en el barrio y que, justamente, por la trascendencia del tema, no debiera faltar en ninguna biblioteca. En otra temática nos habla de sus inventos, de la tecnología del futuro y sobre los problemas ecológicos, haciendo hincapié, fundamentalmente, en la reducción del uso del automóvil, la utilización de energías alternativas y hasta sugiere la fundación de una nueva Ciudad de Buenos Aires que tenga características sustentables pero, sobre todo, que sea capaz de resolver, tanto la falta habitacional como la mano de obra desocupada. Finalmente, es notable como al abordar puntos álgidos de sus conmocionados relatos, respecto a su vida personal, parece quebrarse e intentar encontrar respuestas, como cuando se enfada frente a las injusticias, a la lidia de toros o al maltrato animal. Esto le permite hacer catarsis de su angustia y luego dejarnos siempre, como conclusión, una filosofía de vida o algún mensaje de tenor ético.