El arte de un escritor es el reflejo de la vida… es tantas cosas e imposible definirlo.Lo que Lydia Raquel Pistagnesi narra es tan intenso, tan claro en su intencionalidad, que promueve en este lector el deseo de un acercamiento humano, una profunda empatía hacia esa mujer que escribe. Un espejo interior, que casi me salgo de él para sentarme a su lado y consolarla, decirle como la comprendo y ayudarla a serruchar esas barras que la separan de la felicidad para luego secar sus lágrimas “Mascarón de Proa”, es un grito desesperado para ese amor que no comprende su grandeza y la deja partir, sin pensar que quizás un día se arrepienta de su cobardía.Gracias Lydia por regalarnos tu alma.Héctor Manuel GutiérrezEscritor - PoetaFlorida, Estados Unidos