Cuando comencé la redacción del presente trabajo, si bien intelectualmente no albergaba dudas sobre la posibilidad de la Tercera Guerra, pero, emotivamente me resistía a admitirlo. Era como si el corazón lo negara y el cerebro lo admitiera. Quizá también influía el deseo íntimo de rechazar tal idea, como generalmente hace el ser humano con las cosas que no le gustan, hablar de la muerte por ejemplo. Bueno, hablar de la Tercera Guerra, no era hablar de una muerte individual sino de millones de muertes y, este tema es uno de los que preferimos ni siquiera pensarlo. En el supuesto de un conflicto generalizado, no se trataría sólo de unos millares de muertos, sino de un verdadero holocausto, de una autoinmolación de la humanidad, que produciría efectos similares a los que habrían motivado la desaparición de los dinosaurios, de allí la suplica: “oh Dios que a la humanidad no le suceda lo que le aconteció a los dinosaurios”.En materia de seguridad, ante un conflicto de esa envergadura estamos en peores condiciones que en los tiempos de la “Guerra Fría”, pues en aquel período histórico, el poder se hallaba dividido, entre dos grandes potencias, que habían adoptado una serie de recaudos para evitar que por error u otra eventualidad no querida, se produjera un ataque que sería respondido en forma inmediata por la contraparte, llegándose a producir el temido holocausto, en forma involuntaria.En cambio, en la actualidad existe una peligrosa multipolaridad del poder. Además pululan peligrosos grupos de militantes fundamentalistas, que usan a la religión como excusa para el desarrollo de sus ambiciones políticas, nos referimos especialmente, a los yihadistas islámicos, que han hecho gala de una crueldad sin límites y que cuentan con un numeroso y muy organizado y ejército, con armamento y técnica comunicacional de última generación.Lo que dijo el Papa es cierto, estamos en la Tercera Guerra, aunque por etapas. Si bien hay varios posibles escenarios, lo más preocupante para el autor de este libro es la guerra que vienen desarrollando los yihadistas del presunto Estado Islámico, que puede escalar rápidamente, si una o más potencias los apoyan y otros los atacan.¿Será entonces la guerra de civilizaciones prevista por Huntington? ¿o el Apocalipsis Bíblico?