De las páginas del libro, en la primera parte, se desprende un análisis del comportamiento de la Tasa de mortalidad de suicidios judicializados elaborada de los libros de mesa de entrada de los juzgados penales de provincia de Santa Cruz, en el periodo que va desde el inicio de la década del setenta hasta los primeros años del tercer milenio. En ellos propone un posible antídoto productos del posicionamiento de las mujeres en los estudios avanzados en el sistema universitario santacruceño, después de haber pensado otros para impedir la aniquilación que brota entre nosotros con proyección al futuro. En la última parte de estos primeros capítulos Intenta desmitificar la visión exagerada de la problemática del suicidio en la ciudad de Las Heras. En el capítulo subsiguiente el autor se toma el atrevimiento de hacer el ejercicio intelectual sobre una porción de la literatura fantástica del joven Borges, con la narración logra una historia completa que en la realidad no consigue. Los últimos cuatro capítulos contestan a la siguiente formulación ¿Judas apóstol es suicida? La prueba que aporta surge de la Santa Biblia y se complementa analizando la siguiente cuestión ¿Cuál fue la estrategia de Jesús al fallecer crucificado? Cuestión ésta última que es igual a otras y que al mismo tiempo contesta a otras preguntas repetidas veces plateadas de muy diversas maneras; se trata de la pregunta: ¿El suicidio es siempre un acto de cobardía?