Desde hace más de un siglo que la mayoría de los científicos no considera posible predecir el momento de ocurrencia de un terremoto o una erupción. Rechaza rotundamente las teorías astrológicas y considera charlatanes a sus profetas. Sin embargo, en 1906 se supo que el catastrófico terremoto de Valparaíso (Chile) había sido pronosticado por el Capitán Middleton de la Armada de Chile. Este marino basaba sus pronósticos en la teoría astrológica predicada por el navegante inglés Alfred Cooper. Más de un siglo después, algunos periodistas, sociólogos e historiadores siguen repitiendo la leyenda sin reflexionar lo que realmente fue el pronóstico, ni cómo reaccionó la comunidad científica, sin explicar siquiera qué sucedió después. Buscando una aproximación a la historia subyascente, en este trabajo se muestra que Cooper era un charlatán que fue rechazado en los sitios donde trató de infiltrar sus ideas, excepto en la Armada de Chile. Aprovechándose de una coyuntura cultural, social e histórica logró colar un montón de disparates. También se muestra que Middleton no fue el primero ni el único oficial de la Armada que usó estas ideas, que su ‘gran acierto’ en realidad fue inventado por la prensa, conduciéndolo rápidamente a un desafortunado final. Este trabajo también presenta parte de la historia menos conocida de Rudolf Falb, el profeta austríaco de la segunda mitad del siglo XIX, cuyas ideas pueden haber sido plagiadas por el profeta inglés. En la exposición se enfatiza el patrón de comportamiento que siguen estos iluminados, que también comparten los profetas de nuestro tiempo, como el chileno Carlos Muñoz Ferrada y el italiano Giampaolo Giuliani. También se cita la erupción del Monte Pinatubo (1991) y el terremoto de Cauquenes (2010), eventos en los que hubo cierto tipo de predicciones (pero científicas) y se revisa el efecto de las mareas observado en algunos astros del sistema solar, como la luna joviana Io y la luna de Saturno Encélado.