La historia del alma humana corre de manera asombrosa y original en el viaje que realiza a través de la materia, encarnando de manera consecutiva en cuerpos diferentes a lo largo de miles de años, durante los cuales va acumulando vivencias y recuerdos que de manera progresiva amplían su evolución espiritual.Se trata de encontrar a su alma gemela y culminar así la promesa germinal en el origen del todo.Tal riqueza de memoria puede mostrarse de las diversas maneras que el ser humano posee para exteriorizar su personalidad.Una es el recurso que propone el autor, un estilo delicado y frágil, la prosa poética, que se distingue del poema por estar escrita en prosa, y del cuento o del relato porque su finalidad no es específicamente narrar hechos sino transmitir sentimientos, sensaciones e impresiones, visiones del mundo a lo largo de aquel milenario derrotero del alma humana.Es el encanto de crear representaciones percibidas en ningún lugar: es como ver algo nunca visto y que se forma desde ninguna parte y sin siquiera estar ahí.Es el crear mundos fantásticos, íntimos, propios, sin límites ni restricciones para la libertad de imaginar.Acá importa menos lo que se dice en tal relato, sino la musicalidad de las frases que lo estructuran y donde las palabras son las notas de la sinfonía.Es un libro para leer con los ojos cerrados, y para quien se atreva, es, tal vez, descubrirse a sí mismo testigo y protagonista del “Hechizo de Encuentro” porque nadie huye ni del cariño ni de la ternura.