Buenos Aires, 1978. Un día de finales de julio secuestran a un juez penalista. Su hija, joven abogada, está decidida a buscar la verdad a pesar del riesgo. En un tiempo en el que la Ley no siempre se aplicaba, el peligro y el dolor atravesarán permanentemente su camino.En esa búsqueda irán cayendo, uno a uno, los pilares de su “Casa de muñecas”. Descubrirá a las personas detrás de los personajes, descubrirá los aspectos ocultos de su padre… y se descubrirá a sí misma.“Vivir duele. Duele partir y ¡pesa tanto la carga al volver! Pero en el dolor más lacerante comenzamos a amar la vida… ¿Podrán mis lágrimas sembrar estrellas en el barro?” escribe Micaela.Habrá aprendido que “La felicidad es el suspiro después de la batalla” y que “La vida es lucha pero hay que elegir el arma”. Deberá entonces optar entre dos caminos.