Villa Elba puede ser cualquier pueblo más o menos chico del sur de la Provincia de Córdoba, tanto como cualquier pueblo más o menos chico del sur de la Provincia de Córdoba puede ser Villa Elba. Porque en casi todos ellos la soja ha despoblado los campos y los campos han despoblado al pueblo, donde sólo quedan los viejos. Y aunque en ninguno de esos pueblos más o menos chicos se ha producido un milagro de la virgen ni una revolución de los cansados, podrían haber ocurrido fácilmente.Pero Villa Elba es Villa Elba y sólo allí el lector encontrará los personajes que Demasi nos muestra con una habilidad singular, dibujados con un lápiz finísimo y pintados al óleo de sus descripciones humanas meticulosas. Demasi elucubra tres historias entrecruzadas, donde se mezclan magistralmente dos periodistas entristecidos, dos talleres mecánicos muy dispares, un chusco vengativo, una empresa cinematográfica en off side, algunas historias románticas y una venganza que todos sus lectores sentiremos absolutamente justa y necesaria. Les agrega un don Pedro Borgatero casi celestial y a su amigo Marino casi diablesco, un comisario hijoputa como suelen ser muchos, algunos personajes más, un club, un bar, una pensión, un cajero automático y todas las demás pocas cosas que hay en cualquier pueblo más o menos chico del sur de la Provincia de Córdoba. Y el resultado es un soberbio fresco provinciano y pueblerino, un libro que te alegrarás de haber comprado o recibido, lector.