A medida que transcurren los siglos, la realidad parece ficción y la fantasía más perturbadora es totalmente posible. Sin embargo la palabra y la forma en que dibujamos con ella los cuentos, traen un presente propio, que los incluye. Acunados en sueños ancestrales, despiertan victoriosos en personajes inquietos y argumentos sorpresivos. Vestida con arcaica elegancia llega la inspiración. Volamos juntos en cada historia, para perdernos luego en el espejo entre metáforas y relatos. Los vocablos danzan en los límites de la existencia. Las letras desnudan sentires y razones. Intentamos abarcar cada detalle del mundo. Presurosos caminamos a una verdad imaginada, que como cristales de hielo se esfuman en una tarde de verano. Nada es inaccesible, cuando un deseo trepa por el sendero de la fe. Entonces, llega por fin, éste, nuestro libro.