Nuestra cultura tiene un protocolo estricto para nuestra conducta sexual mas uniforme y rígido que la amistad, la escuela, los negocios y que la relación de pareja. Este nada tiene que ver con la vida natural incivilizada. Por lo tanto, esto nos aleja de la poderosa esencia del sexo. Y nos lleva por el camino de la impotencia y la frigidez.