Los materiales que componen este libro piensan la vida en términos de cuerpos, de fuerzas e intensidades vivas, que luchan por su supervivencia. La historia se desarrolla durante los años violentos de nuestra Argentina en que unos hombres oscuros decidían quiénes debían vivir o morir. Como dice el personaje principal: “Mi vida transcurría dentro de una extraña normalidad.” Por esa línea de lo extraño, hecha de fragmentos y señales, se desliza la trama y se va develando, poco a poco, el horror pero también la vida que no ha podido ser apropiada del todo y guía la búsqueda de los seres queridos y el viaje.La novela cuenta el desarraigo de un niño que queda separado de su madre, padre y hermano en un operativo militar. El intento de un nuevo arraigo se realiza siguiendo la estela turbulenta de la memoria. Su despliegue alcanza una memoria sensitiva capaz de recuperar escenas a través del olor de unas tostadas preparadas amorosamente cada mañana; o de una caricia o una mirada. También una memoria afectiva que recupera restos de certezas y lanza al protagonista al rearmado del rompecabezas de su vida.“En mis recuerdos infantiles, sólo había una certeza: Tomás existía.” Y esa extraña certeza que guía la trama es la que el lector seguirá con curiosidad y hasta con ansiedad. Sin embargo también él, el lector, tendrá una certeza: la de que la vida insiste a pesar de todo.