Fuego y agua, dos de los elementos básicos de la astrología y que junto con la tierra y el aire, forman parte además de muchas filosofías de distintas culturas, tanto de oriente como de occidente.
Pero el “Fuego” y el “Agua” en particular, tomados para el título de este poemario son sin dudas, dos energías absolutamente primitivas y fundacionales de la vida y se las asocia al ser humano, el primero simbolizando el cuerpo vital y etéreo y el segundo lo emocional o astral. Dos fuerzas contrapuestas, antagónica, confrontativas, y hasta podría decirse, intolerantes el uno hacia el otro.
Eso es este compilado de poesías que transitan lo tibio, lo ardiente y lo soleado, para sin previo aviso saltar a lo más absolutamente húmedo, fresco y hasta en algunos casos, frío congelante en sus imágenes. En la sencillez y simplicidad de las palabras está el más profundo movilizador de los sentidos. No importa cuál de ellos reaccione primero, pero si alguno lo hace cuando lees, si sientes que algo se dispara sin tu consentimiento, el agua te habrá mojado o el fuego te habrá quemado.