Virginia Contini tiene la edad de los primeros viajes, las primeras pasiones, de los primeros golpes en la cara ante la privación de la libertad de los sueños más profundos, Buenos Aires, esa ciudad arrogante y extranjera, sus bares utópicos, una plaza o un espacio sin edificación que llamamos Plaza de Mayo, un instituto de detención para adolescentes, un juzgado caótico y una casa de fin de semana sin nombre, son los escenarios donde transcurre la historia.
La época en la que a Virginia le toca aprender que los libros no cuentan toda la verdad, tiene olor a pólvora y miedo.
En ese contexto, un grupo de jóvenes profesionales hacen su primera experiencia laboral, no va a ser fácil sobrevivir.