Mi infancia y al igual que gran parte de mi vida fue muy dura, diría durísima. Comencé a trabajar a los once años. Las oportunidades nunca vinieron de arriba, siempre fui yo el que las buscaba.
La pobreza y mi situación particular me mantenían en estado de tensión permanente, las ganas de salir del fondo del mar eran muy superiores a cualquier dolor o golpe que tuviera que enfrentar.
Soy un convencido que si deseas modificar una situación particular o tienes un sueño y realmente lo intentás convertir en realidad, debes salir de la zona de confort, transpirar y dejar todo para lograr tu propósito. De algo estoy seguro, nadie te lo regalará.
Yo puedo hablar con mucha autoridad sobre el dolor, la realidad de pasar hambre y de realizar trabajos realmente duros simplemente porque estuve en cada lugar y situación, y no fueron sensaciones. Sé lo que se siente, nadie me lo contó. Cuento con el sabor amargo y dulce de la experiencia.
El libro presenta y desarrolla de manera común la dura historia de vida que atravesé y los métodos de lucha que me permitieron salir adelante. Humildemente creo que es un libro sorprendente y fascinante a la vez. Triste y superador, pero cargado también de una gran energía para solventar cualquier situación problemática.
En los primeros capítulos el libro describe la infancia y los diferentes trabajos a los cuales enfrenté para poder sustentarme a mí mismo y a los que me rodeaban, como así también las innumerables situaciones complejas cargadas de dureza que pusieron a prueba mi dignidad, el valor y la actitud frente a los grandes problemas de la vida que tuve que atravesar.
En los capítulos sucesivos el libro describe el plan y los métodos exitosos para enfrentar un cambio laboral, emprender una nueva actividad o modificar la propia vida.
La vida es hoy, no debemos mirar tanto el pasado ni mucho el futuro. Vivamos con alegría el presente, y seamos felices. Debemos pelear la batalla que está enfrente, nunca la de atrás.
El libro es una invitación al cambio, a pensar y meditar sobre cómo queremos pasar el resto de nuestros días.