Mi vida en África fue como una hoja seca en un día ventoso de otoño. Hice cosas que jamás soñé que podría o tendría que hacer.
Ver actuar la justicia islámica, defenderme de los piratas usando sus mismos métodos, vender ayuda alimentaria de las Naciones Unidas, falsificar documentos, tratar con falsificadores de dinero y traficantes de armas, tirar a alguien al agua desde un barco, naufragar, atravesar el desierto todo lastimado, robar un barco, sabotear buques militares, drogar a un centinela, arponear un delfín, enfermar seriamente de enfermedades tropicales, ser curado por un médico brujo (recibido en La Sorbona), caer preso en una dictadura africana durante un golpe de estado, conocer a sediciosos condenados a muerte, acostarme con la hija de un vicepresidente para ganar el favor de su padre, sentarme a la mesa con Jacques Cousteau…
Y otra serie de hechos de muchos de los cuales estoy orgulloso y de otros decididamente no; y que constituyen la trama de este libro que compila tres años muy intensos vividos en el continente africano…