El poemario se conforma de una sucesión de poemas de variada temática que van desde la sublimación del campo a un inventario la metrópolis moderna; esquivando playas y soles ariscos. Se propone una pregunta urgente: cómo se escribe un poema moderno. Se anexa desde un elogio a poetas cuyo único vínculo fue morir el mismo año a una caída espectacularmente incierta relatada en movimiento lentísimo. Se describen cuadros muy porteños, el barrio y el poeta que lo vindica,las músicas incidentales, el cine y la esquina popular. Se exterioriza una crítica de la modernidad en una sociedad despiadada y con ídolos de pies de barro. Reflexiones sobre la poesía y su escritura, esclarecimientos estacionales y alegatos en favor de la convivencia comunitaria y en contra de la inequidad social, el despojo y la esclavitud. Se comparte una creencia espiritual tanto como una herencia familiar y una percepción de status. Asimismo los develamientos personales a cara descubierta, delinean cuadros de revelación y desprendimiento personal.Si bien la obra se asemeja a piezas de un rompecabezas que no encastran con precisión por la disparidad temática; el retrato que se intenta lograr es el de una poesía contemporánea, sentenciosa, chispeante, pero también confesional y vindicatoria de la ética personal. Como preámbulo y, a la manera de Borges, se solicita ayuda simbólica de parte del lector.