El autor ha querido rendir un merecido homenaje a Jorge Luis Borges. Ha elegido una ardua forma de efectuarlo: narrar lo primordial de la vida y obra del genial escritor remedando sus milongas.Tiene conciencia de que la distancia es abismal, lo que no lo ha desviado del camino emprendido. Pero formula una advertencia: nos manifiesta que, como William Shakespeare, exhorta a no ser juzgado por el texto, sino por su corazón.Cabe decir, que sin perjuicio de algún incumplimiento a las normas de la versificación castellana que el lector pueda notar, disculpables con la evasiva denominación de “licencia poética”, el autor ha conseguido plenamente su objetivo.Editorial Dunken aconseja la lectura de este libro que es una forma novedosa y agradable de ensalzar la figura de uno de los mayores literatos de nuestros tiempos.EL EDITOR