La autora y sus colaboradores describen una realidad educativa que conjuga ideales y contingencias de la actualidad social argentina, donde la brecha existente entre las expectativas del alumno del siglo XXI se enfrentan enérgicamente con los obsoletos enfoques docentes.
En estas páginas se ofrece una perspectiva interesante para lograr la difícil tarea de asociar los actuales objetos de saber con las nuevas características de los sujetos que deben asimilarlos, incentivando la posibilidad de repensar una nueva manera de entender el acto pedagógico. Una propuesta audaz y ambiciosa para todo docente que aún conserva ese fuego sagrado y no pierde la esperanza de que algún día la Escuela sea el estamento más importante de la Sociedad.