La muerte de un hijo, es la alteración de los ciclos de vida previstos y esto abruma a cualquier padre.
Estas páginas, entre otros propósitos, pueden servir a quienes estén pasando un trance, como el que tuvo el autor.
Simplemente contando los crudos relatos de la desaparición física de sus hijos adolescentes, intenta regresar del gran golpe que le dio la vida.
Transitando los momentos de esta historia, vemos un corazón en llanto, pero también una mente que finalmente supera la adversidad.
La vida ya no vuelve a ser la misma luego de la tragedia, pero se observa la superación y la esperanza de un hombre que debe seguir siendo padre de sus otros hijos.
Aprender a ser feliz nuevamente, fue el mayor reto y lo está consiguiendo.