La generación a la que pertenece el autor, atravesó etapas singulares de nuestro país; nacidos en la década del 40’ 50’ aprendieron las primeras letras en una escuela en la que se endiosaba a los líderes políticos de entonces, para luego acceder a los siguientes niveles educativos entre interrupciones e interrupciones del orden constitucional y golpes de estado más o menos cruentos. Todo ello fue moldeando la personalidad de esta generación calificada desde “juventud maravillosa”, “jóvenes imberbes” y más tarde apostrofada como “generación perdida”. Sin embargo el autor en un recorrido a través de sus narraciones nos pasea por las vicisitudes por las que atravesó con sus sumas y sus restas, sus créditos y sus débitos, sus alegrías y tristezas atravesadas por la represión, el goce de la libertad y su privación; los viajes conociendo otras geografías, otras gentes y otros sistemas; la lucha por la democracia y el ejercicio del poder, todo junto. Mientras tanto, a un lado y al otro del mundo caían o se entronizaban regímenes que prometían luz y esperanza para luego ser desplazados por las mismas masas a quienes pensaban beneficiar. No es poca cosa. En este libro se sintetiza más de medio siglo, de allí el título “La Sima y la Cima” a modo de metáfora de parte de una vida vivida intensamente lo que en modo alguno es su exclusivo patrimonio.