Este libro no narra un cuento infantil con un gato con botas como protagonista. Se reere a las aventuras verdaderas de mi gato que actúa como si tanto el mundo como yo le perteneciéramos. Y a lo mejor tiene razón...
Este animalito es mi alegría, de ahí su nombre: Ale.
Ale es el que viaja solo dentro del ascensor mientras su dueña se desespera buscándolo.
Es el mismo que no aparece en ningún lugar de la casa, tampoco dentro de la bañera, tenga agua o no, ni caminando tranquilamente por la cornisa que da al vacío, sus lugares preferidos. Se esconde dentro de la maceta de los potus en lo más alto del balcón y después no se anima a bajar, por lo que yo tengo que subir a rescatarlo. ¿Pero… quién me rescata a mí?
Es el que pinta un cuadro con sus patitas celestes.
El que tiembla de susto cuando oye truenos y se refugia en mis brazos.
Es aquel que mira conmigo el cielo del atardecer. El que hace volar mi imaginación...
Es el gatito que proviene de otra galaxia y que al reejarse sus ojos en los míos me da paz.
Como dijo el Dr. Juan Enrique Romero “A ronronear de placer y maullar de alegría” porque “Vivo con un tigre… casi” lo hará disfrutar y lo invitará a pensar. Con lo que escasean ambas sensaciones bien vale el intento…”