Es una pieza teatral extraña que mezcla el suspenso, el crimen, el amor, la guerra entre el Bien y el Mal, los secretos familiares bien guardados, las marcas de las clases sociales en Argentina, en especial la alta burguesía que descubre, su nivel más miserable, su conducta más egoísta, prejuiciosa y banal.
En un clima de hondo misterio, dudas, lealtades y traiciones familiares, se trama una historia donde la protagonista, Felicitas Carranza, vive atrapada en un infierno habitado por otros miembros de su propia familia, generándose así una serie de sucesos fantásticos, que superan los límites de las posibilidades humanas.
La pieza cuenta la saga de una mujer y su familia, que han quedado atrapados en su pasado.
Un misterioso médico psiquiatra llega a la casa de Felicitas, lugar en que se desarrollarán una serie de curiosos eventos; se establece un vínculo con siniestros personajes fantásticos; involucrado en los mismos, se entablará un in crescendo en la lucha entre el Bien y el Mal, en el marco de la sociedad argentina de fin de siglo.
Es una historia enigmática, de amor y misterio, donde la realidad y la fantasía logran confundirse de tal forma, que el espectador queda atrapado en un túnel esotérico con un derrotero bifurcado, con un tramo que conduce al Cielo y otro, al Infierno; ese es el clima en el que habitan los personajes.
Las experiencias hipnóticas del doctor Juan Francisco Menditegy, atraviesan la historia de esta familia a lo largo de décadas y dejan su huella en Felicitas. Un amigo, Matías, será el encargado de echar luz sobre alguno de los sucesos, con la ayuda de un extraño personaje, Samuel Elías, que parece venir del mismísimo interior del Antiguo Egipto. 
El suicidio, el homicidio y la locura, se confunden con la fuerza de un profundo amor, sin límites terrenales, en un clima sentimental entre dos exiliados de la vida misma.
La presencia de personajes del mundo celeste (?), a través de un suceso extrapolado de historias curiosas ocurridas en Bariloche, colocan una pincelada de horror y desatino e incorpora la mirada teológica a este destino trágico de los Carranza.
Este apelar a los “flashback” permanentes de la protagonista obliga al espectador a revisar facetas cercanas al espanto de la historia familiar, con las cuales se sentirá identificado en una u otra vereda de las permanentes divisiones temporales y espaciales que acompañan el ser humano.