El tema es la Mujer y su belleza, en sus distintos tipos, misiones y ocupaciones… que, además, pueden ir variando a lo largo de su vida. Mariana Dunayevich retoma una imagen renacentista de Leonardo Da Vinci que representa el canon de la belleza física y las proporciones del ser humano. Para Leonardo y para los pensadores del Siglo XV, el hombre era el modelo y el centro del universo. Pero Mariana reflexiona… Un estudio anatómico del Ser humano no está completo sin la Mujer… En la Edad Media a las que descollaban por sus conocimientos se las quemaba en la hoguera acusadas de brujería.…El Renacimiento fue un movimiento de los hombres. ¡Ahora es el momento del Renacimiento de la Mujer!
La autora parte de esa idea para transformarla en aquello que hace que la obra “sea”: su universo plástico ahora es la Mujer, partiendo de conceptos renacentistas hasta nuestra historia reciente.
Así evoluciona su imagen, registrando sobre superficies circulares la forma de su pensamiento del Siglo XXI, sus preocupaciones y compromiso con la femineidad en distintas facetas. Cubre estas imágenes repetidas una y otra vez con pinceladas, colores y representaciones, hasta llegar a una imagen más actual. 
Por medio de estas imágenes, Mariana nos invita a comprender la atracción que ejerce sobre cada uno de nosotros esa imagen primigenia que inspiró su obra: la Mujer de Vitrubio. Simultáneamente, en la superficie de la tela, marca el impacto de lo real que es el homenaje que brinda en cada obra a la Mujer; su belleza como madres, liberadoras, artistas, científicas, trabajadoras de la Salud, escritoras, músicas, hijas, abuelas, luchadoras contra la trata de personas, docentes, poetas, referentes de comedores, cuidadoras, artesanas… 
Sus obras pasan de la individualidad construida con la intención de resaltar el protagonismo social de la Mujer, a constituirse en una instalación cosmogónica de la Mujer-en-el-mundo. Ahora con las reflexiones, investigaciones y sentires que las inspiraron y acompañan.
Así asume la puesta con un concepto del espacio y del tiempo que permite al espectador erigirse en protagonista, permitiendo que cada uno determine el orden de lectura de la obra marcada por la circularidad. Una muestra itinerante para llevarse a casa… y que este homenaje y revalorización llegue a las mujeres y sane sus heridas, así como las de la sociedad.
Mariana Dunayevich sobre escrito de Marino Santa María.