Charly vive en un barrio donde está permitido soñar, pero también está repleto de cosas que lo asustan, es entonces cuando un buen día, pone en marcha su imaginación y decide afrontar sus miedos emprendiendo un juego repleto de creatividad. Su familia es su mayor sostén, ese conjunto de personas que lo alientan cada vez más a no perder esa mágica inocencia y ternura que lo determinan.
Sin dudas Charly es un niño que representa el universo de unos cuantos. Los valores que inculca el cuento son principalmente la valentía de afrontar los temores, que en gran parte solo están en nuestra imaginación. La importancia del juego en la niñez, de fomentar la creatividad y del acompañamiento de los adultos en el juego que plantean los más pequeños. Simplemente creerles los inicia en el mundo de la empatía y la confianza, en tan temprana edad. Adentrarse al mundo de los niños y ser uno más de ellos, es lo más divertido de esta historia.