Hija de una madre amorosa y luchadora, la autora de este libro tomó de ella su fortaleza y determinación. Amante de la música y de la vida, Paola Giner fue mamá joven de sus dos amadas hijas. Maestra responsable e ingeniosa, inició su carrera como docente de enseñanza primaria después de los treinta, demostrando que, si uno se lo propone, siempre es buen momento para retomar lo pendiente. En esa etapa de su vida, cobra especial relevancia su amistad con su querida María Celia, una madre postiza e importante consejera que ahora la acompaña desde otro plano. El tiempo actual es tiempo de cosecha: disfruta de la familia que formó y de sus logros como educadora. Pero todavía tiene mucho por construir, y el respeto por el planeta es una de sus inquietudes.
En este, su primer libro, la autora narra cuáles son las cosas que hacen experimentar a la protagonista Alisha el estado Turiya, el cuarto estado de la consciencia, ese momento de felicidad absoluta. A través de sus vivencias, conocemos su visión del mundo, el amor por su familia y amigos, y su inmenso respeto por otras formas de vida. Intenta que sus acciones sean un dar sin esperar nada a cambio, y se manifiesta activamente por aquellos que no tienen voz: los animales. Este cautivador relato nos sumerge en un recorrido por las distintas etapas de la vida de la protagonista, y nos devela los rincones de su alma y su noble corazón. Es la historia de una mujer que logró sobreponerse a las dificultades que se le han presentado en la aventura de la vida, y que se ha propuesto y ha logrado objetivos con amor y perseverancia. 
Este es un relato auténtico, emocionante y esperanzador, que nos ofrece profundas reflexiones con un estilo narrativo ameno y de contenido movilizante. 

Lilián Borgeaud