Actualmente, gracias a la hegemonía de la Mirada Analítica, todo se puede criticar, y así disponemos de un recurso de inagotable deleite. Este libro nos pregunta, en equilibrado fair play: ¿acaso todo se puede elogiar?
Sus páginas enarbolan el propósito sistemático de homenajear a las muchas maravillas que nos rodean, desde la perspectiva fecunda del Elogio.
Con el desenfado de un caleidoscopio, el texto aletea sobre diferentes comarcas: el lenguaje (diccionario, acento, paradoja), la literatura (plagios, títulos, puntos suspensivos), la matemática (abstracción, número, infinito), la filosofía (Dios, tiempo, azar), la sicología (anonimato, onanismo, vejez), la sociología (política, herencia, curriculum vitae) y, finalmente, los objetos (semáforos, estalactitas,… incluso… ¡unicornios!).
El intento es, quizás, loable, e invita al lector a nutrir este catálogo con el festín de su estupor cotidiano… ¡siempre llega el Elogio!