Un pequeño pueblo aislado en la precordillera rodeado por un valle donde la vida transcurre de la misma manera que en cualquier pueblo de los miles de los que existen en cualquier país, dan marco a un hecho extraordinario, único, que desde que se tiene memoria nunca había sucedido en el mundo: todas la mujeres en edad fértil y aún las mayores, incluso para aquellas en que la menopausia era ya un recuerdo lejano, quedan embarazadas. No obstante, ese no es el único hecho que escapa a lo que podemos llamar normal, sino que, además, todas las concepciones se produjeron en un “día de la madre”, sin que existiera, en la mayoría de los casos, el conocido acto sexual que permite forjar tal suceso.
El acontecimiento repercute en todo el mundo y los medios de comunicación hacen su trabajo; el pequeño pueblo comienza a dejar de ser tan pequeño. La sorpresa colectiva sacude los cimientos de la sociedad. Surgen las pasiones enmarcadas en la esperanza, la duda, los intereses ocultos, la ambición, el temor y la desesperanza. Entre tanto, toma relevancia un actor nunca secundario: el estado y quienes nos gobiernan.
Partiendo de una situación que ni siquiera se puede considerar contrafáctica porque claramente entra en el terreno de lo absurdo, se plantea un llamado de atención acerca del choque que se produce cuando nos vemos golpeados por un hecho que nos conmociona de manera inesperada y que hará que nada vuelva a ser como antes.