Cuando el Mago vio... .encontró otros Magos.
En el cambio de los tiempos,
aprendió a escucharlos
y atesorar las palabras en su memoria.
En paredes, amigos, plantas, animales...
en los dioses y en los hermanos del alma,
los Magos sembraron dichos.
Ya no era un Mago reconociendo-se,
al fin, somos en la construcción del tiempo nuevo.
Somos nuestros instantes y nuestro espacio vital,
los que escribimos la historia y permitimos la Magia.