Los diez cuentos que integran este libro, relatan diez experiencias, que la autora reconoce como sentidas por vez “primera” y vividas en familia, escuela, colegio, entre compañeros/as.
En cada relato, ella misma se sorprende con reacciones, a veces, plena, o en otras, con cierto desasosiego tal vez, y que indudablemente, todas ellas formaron su identidad.
El ritmo pueblerino, su clima cálido, y el color de ladrillo de la tierra de esa provincia, hacen de telón de fondo a esas vivencias contadas, en las que se destilan aun y transmiten la emoción con que fueron vividas.
Se describen en cada uno de esos relatos, sus reacciones y conductas ya fuere con desafíos a una deidad, temores a contagios de infección morbosa, sorpresa ante vestigios de su propia mezquindad, culpas señaladas por mitos desconocidos, el recuerdo añorado por el gusto a la empanada, a la que no podía acceder, lealtad a su primer perro y ¿por qué no? alguna travesura estudiantil, todas teñidas de descubrimientos íntimos.
A pesar de que relata avatares sucedidos hace muchos años, resulta posible reconocer que en la actualidad, aún tienen vigencia y merecen ser leídos por padres a hijos, o por adolescentes quienes pueden sentirse identificados, ya que revelan que esos sentimientos se originan en toda niñez y adolescencia.