A veces “esperanza”… a veces “fama”, inicia una cartografía de la invisibilidad, intenta mapear-mirar lo que no está, nutriéndose de los personajes que Nadie ve (¿un Odiseo urbano en la doble negación?), como el gallego del Bar Defensa, los silentes habitantes de Huemul, los suplicantes del Palacio de justicia, Catalina siempre viajante, Brian con sus ojos infinitos, Roberto y Margarita y su amor en la calle, el Doctor Salvador del Hospital todo-en-mayúsculas, Sofía y su conversatorio con el espejo, el telar de historias de Antonia, la incandescencia de los tíos en el recuerdo ¿Huellas? ¿Diálogos? ¿Textos? Por supuesto: algunas múltiples identidades a la manera de Pessoa; los lugares y tiempos borgeanos que se superponen-desaparecen-expanden sin denuedo, como la puerta de la defensa que abre a ciudades e historias; un intenso Cortázar parcero de la formación lectural; un incipiente Macedonio que se estaría ensayando; y una mirada arltiana de los recovecos, vericuetos, porciones de espacio real u onírico marco de las invisibilidades.